El problema
La epidemia de violencia armada en Estados Unidos continúa sin disminuir, con más de Cada año se pierden 45.000 vidas en todo el país por asesinatos y suicidios con armas de fuego. Maryland no ha sido inmune a esta crisis.
De 2010 a 2019, el La tasa general de muertes por armas de fuego en Maryland aumentó un 15%. Las armas de fuego son ahora la principal causa de muerte de niños y adolescentes en Maryland. El fácil acceso a las armas, la falta de licencias y registros y la débil supervisión alimentan innumerables tragedias evitables.
Las leyes federales actuales no regulan adecuadamente las armas de fuego ni las mantienen fuera del alcance de manos peligrosas. La acción del Estado es crítica. Maryland debe aprobar medidas de sentido común para la seguridad de las armas de fuego para proteger a nuestros residentes.
Maryland tiene una de las tasas más altas de muertes por armas de fuego en el país, lo que reduce la esperanza de vida y perjudica a las comunidades. En un año promedio, Mueren 743 personas y 1,363 resultan heridas por armas de fuego en Maryland. Maryland tiene la 25ª tasa más alta de violencia armada en Estados Unidos. Es evidente que necesitamos hacer más.
No se trata sólo de una cuestión de estadísticas: detrás de cada número hay un niño, un padre, un familiar o un amigo perdido. Nuestro deber moral exige medidas para prevenir esa violencia sin sentido.
Cómo resolveremos el problema juntos
Como su senador, defenderé reformas en las políticas de armas para reducir las muertes por armas de fuego en Maryland, centrándome en:
- Exigir verificaciones de antecedentes universales para todas las ventas de armas, cerrar lagunas jurídicas.
- Establecer un registro de armas de fuego y otorgar licencias para propietarios de armas.
- Prohibición de armas de asalto y cargadores de alta capacidad.
- Aumentar la supervisión y la seguridad de las armas existentes mediante leyes de almacenamiento seguro.
- Permitir que órdenes de protección de riesgo extremo desarmen a personas que amenazan con violencia.
- Asignar más fondos para programas comunitarios de intervención contra la violencia.
La política de armas debe equilibrar los derechos de la Segunda Enmienda con medidas de seguridad pública responsables y basadas en evidencia. Las reformas anteriores cuentan con un amplio apoyo de los habitantes de Maryland y de los propietarios legales de armas.
También debemos combinar los cambios en las leyes sobre armas con inversiones en recursos de salud mental, vigilancia comunitaria y oportunidades económicas en los vecindarios más afectados por la violencia. Las raíces de la violencia son profundas.
Cómo avanzaremos el tema en Washington, DC y Maryland
En el Congreso, votaré a favor de reformas federales sobre armas, como verificaciones universales de antecedentes y prohibiciones de armas de asalto. Pero ante el estancamiento partidista, la acción estatal es esencial.
Construiré asociaciones con legisladores de todo el espectro político que reconozcan la necesidad urgente de soluciones pragmáticas. La prevención de la violencia armada no puede esperar a que se alivie el estancamiento en Washington.
En Maryland, crearé coaliciones para aprobar proyectos de ley que salven vidas en la Asamblea General. También promoveré campañas locales de “candidatos con sentido común” para elegir a los defensores de la reforma.
Y me comprometo a elevar las voces de los jóvenes y líderes comunitarios de Maryland afectados por la violencia armada. Sus llamados al cambio impulsarán nuestra acción colectiva.
Los beneficios para Estados Unidos y Maryland
Las leyes de sentido común sobre armas sin duda salvarán vidas en Maryland: vidas de niños, vidas de familias, vidas de agentes de policía.
Implementar políticas comprobadas que ya funcionan en otros estados es un paso pragmático para reducir los suicidios, las muertes por violencia doméstica, los tiroteos accidentales y los delitos urbanos con armas de fuego. Podemos avanzar a través de soluciones bipartidistas responsables.
Fortalecer la supervisión mientras se invierte en las comunidades hará de Maryland un lugar más seguro para vivir, trabajar y asistir a la escuela. Nuestra prosperidad futura depende de poner fin a la epidemia de violencia armada a través de la compasión y la convicción. Juntos, forjaremos un enfoque de salud pública no partidista que afirme el valor de la vida de cada residente de Maryland.